Para cultivar Frutas, en particular si son exóticas, habremos de tomar en cuenta:

El Cultivo de las frutas, es una de las actividades más gratificantes que se puede realizar, sin embargo hay que distinguir entre el cultivo por el placer de obtener el milagro del fruto de la tierra y otra la de producir como actividad económica, en cuyo caso la situación es muy delicada, pues puede ser muy agradable y lucrativo, pero puede dejar pérdidas económicas graves.  Son muchos los factores y riesgos que inciden en la producción y la comercialización de los productos agrícolas y en particular en las frutas, más aún las exóticas, pues generalmente son difíciles de cultivar, mantener y además obtener beneficios a partir de ellas. Lo exótico es lo raro, es una especie de flora que fuera de zona de distribución natural y potencial de distribución, o del área biogeográfica, que ocupa naturalmente, no puede ocupar su introducción directa a menos que sea con la intervención humana. El cultivo de frutas exóticas puede crear competencia con las especies nativas, en cuanto a la ocupación de espacio y nutrientes del suelo.

Algunos pasos que se requieren para el cultivo comercial (aún el apasionado artesanal), son los siguientes:

Se selecciona la variedad de la fruta a cultivar, según posibilidades del mercado a el placer de degustarla..

Estudiamos la posibilidad de comercialización de la fruta.

Se estudia la zona de cultivos, la tierra en la que se planifica la siembra, aspectos geográficos, climáticos y de nutrientes en el suelo. Se comparann las similitudes y diferencias de la zona escogida, con la original de la fruta exótica a ser cultivada.

Se estudia los requerimientos de abonos, según la fruta a cultivar y los contenidos del suelo.

Se analiza el ciclo de siembra y recolección.

Se realiza como toda actividad las inversiones necesarias y sus fuentes, para llegar al final de la etapa de recolección, zafra o cosecha.

Se estudia el mercado para saber la época más apropiada para la recolección.

A pesar de todos los análisis que se hacen, el riesgo está siempre latente, entre los que destacamos los siguientes:

Plagas. Siempre estarán al acecho de nuestra siembra, por lo que hay que contar con plaguicidas efectivos, para poder enfrentarlas o se comen la cosecha.

Mercadeo en la época de recolección.  Hay épocas en los que el cultivo no tiene demanda o la sobreabundancia deprime los precios.

El clima. Puede ser afectado el cultivo por sequías o por excesos de lluvia. En el primer caso, es necesario tener a disposición agua para riego. Otro riesgo es el viento, que puede arrasar la cosecha o las inundaciones en caso de lluvias torrenciales, que hace lo mismo.

Los riesgos, disminuyen cuando la siembra se asegura, para recuperar al menos la inversión en el peor de los casos. En este caso las compañías aseguradoras dan seguimiento al cultivo para evitar pérdidas.